Por esto juego juegos de rol en solitario.
Jugar a juegos de rol de mesa es una de las experiencias sociales más enriquecedoras y creativas. Se crean historias, amistades y recuerdos imborrables. Sin embargo, cuando alguna persona del grupo tiene dificultades de oído o de habla, surgen retos que pueden afectar al grupo.
La comunicación en las partidas de rol
Los juegos de rol tradicionales dependen en gran medida de la comunicación verbal. Narrar, interpretar, describir acciones y reaccionar a situaciones inesperadas exige una interacción constante y ágil. En este contexto, las barreras en la comunicación pueden ocasionar frustración, malentendidos o, en ocasiones, la exclusión involuntaria de quienes tienen dificultades de oído o de habla.
Problemas derivados de las dificultades de oído
Entre otros, uno de los problemas que pueden surgir es la pérdida de información clave: Si no oyes todos los detalles de las descripciones, diálogos o reglas, te puedes sentir desconectada de la trama o tomar decisiones erróneas.
Luego tenemos la fatiga cognitiva. Cuando tienes que hacer un esfuerzo adicional para captar palabras en un ambiente ruidoso o con varias voces puede provocar cansancio. Creo que todo el mundo sabe que jugar cuando el cerebro ya no da más de sí puede ser frustrante.
Y luego llegan las cagadas. Al no escuchar adecuadamente, puede resultar difícil saber cuándo intervenir, lo que puede traducirse en menos participación o iniciativas menos oportunas dentro del juego.
Problemas si no puedes hablar con fluidez
Si te cuesta hablar, ya sea porque tienes problemas de dicción o de otro tipo es normal sentirse inhibido a la hora de interpretar a sus personajes, narrar acciones o contribuir a la historia, lo que limita las posibilidades de contribuir a la partida.
En una mesa animada, puede haber tendencia a interrumpir o hablar por encima de quienes tardamos más en expresarnos, dejándonos un poco de lado sin que nos demos ni cuenta.
El temor a no ser comprendido o a ralentizar el ritmo del grupo nos lleva muchas veces a participar menos, incluso si tienen buenas ideas o deseos de contribuir.
La combinación de todo esto puede afectarnos y hacernos sentir que no tenemos un lugar alrededor de la mesa o que estorbamos. Los que nos enfrentamos a estas dificultades muchas veces nos sentimos aislados, ignorados o excluidas de las decisiones importantes del juego. Y esto nos lleva a sentirnos desmotivados y apartarnos de las partidas en grupo.
Por eso, para mi los juegos de rol en solitario presentan un refugio en el que puedo recrear los mundos de los que disfrutan mis amigos pero a mi ritmo, con mis propias historias.
En muchas ocasiones decimos que todo el mundo tiene cabida alrededor de la mesa, pero, por desgracia, en muchas ocasiones no es el caso. Y esto no es por falta de voluntad o ganas por parte de las personas que conforman el grupo. Es solo que las dificultades requieren de un esfuerzo y una concienciación que, de tener que aplicarla, rompería la dinámica del grupo y acabaría con la diversión para todo el mundo.
Por supuesto que hay grupos que pueden sobreponerse a esas dificultades. No hay una regla que se aplique a todo el mundo por igual, pero cuando veáis que alguien llega al grupo y tiene problemas de audio o de habla, preguntad a ver qué necesita esa persona para poder disfrutar de la experiencia como el que más.
Algunas estrategias que podéis implementar:
- Uso de ayudas visuales: Usar pizarras, tarjetas o aplicaciones en un ordenador o Tablet para reforzar la información clave.
- Respetar escrupulosamente los turnos: Asegurar que todo el mundo tenga la oportunidad de hablar sin prisas ni interrupciones.
- Dar tiempo para hablar: Ser flexible y comprensivo con el tiempo que necesita cada participante para expresarse o comprender.
- Comunicación no verbal: Incorporar gestos, como levantar la mano o señales similares para facilitar la transmisión de información. Si alguien sabe lenguaje de signos, ¡quizá sea una buena oportunidad para aprender algunas palabras!
- La tecnología puede ser nuestra amiga. Aplicaciones de transcripción en tiempo real o dispositivos de amplificación auditiva pueden ser de gran ayuda.
Conclusión
Los juegos de rol de son espacios de creatividad, inclusión y diversión. Reconocer y comprender los desafíos a los que se enfrentan quienes tienen dificultades de oído o de habla es un primer paso necesario para derribar barreras y que todo el mundo se sienta a gusto y aceptado. Solo hace falta empatía, comunicación abierta y pequeñas adaptaciones.