Cómo diseñar tu propio juego de rol en solitario en 5 pasos

Cómo diseñar tu propio juego de rol en solitario en 5 pasos

Creo que no existe alguien que juegue a juegos de rol o narrativos y no haya pensado en diseñar un juego. Al menos siempre nos ha hecho mucha ilusión hacerlo.

Pero diseñar un juego de rol en solitario puede parecer un desafío enorrrrme, lo cual es comprensible.

Sin embargo, con un método y ejemplos claros, ¡a lo mejor lo tienes hecho antes de lo que piensas!

En este artículo te damos 5 pasos esenciales para transformar tu idea en un juego listo para compartir.

1. Encuentra el corazón de tu juego: la idea central

Antes de escribir reglas, define qué quieres que viva el jugador y qué emociones deseas transmitir.

Pregúntate:
  • ¿De qué trata mi juego?
  • ¿Cuál es la experiencia principal?
  • ¿Qué lo hace único frente a otros juegos?

Por ejemplo, Thousand Year Old Vampire explora siglos de recuerdos y olvidos. Ironsworn se centra en cumplir juramentos en un mundo implacable.

Piensa en una frase breve que resuma tu juego. Esa será tu carta de presentación y tu “gancho” que también podrás utilizar en redes sociales.

2. Escoge mecánicas y herramientas narrativas

En solitario, las reglas sustituyen a la mesa de juego. Son tu compañero y guía y lo que te ayudará crear tus historias una y otra vez. Y dependiendo de cual elijas, la experiencia puede cambiar significativamente. El mismo tema, jugado con reglas diferentes puede originar historias muy diferentes.

Mecánicas habituales (entre otras):

Oráculos: tablas o cartas que generan sucesos (The Wretched).

Diarios: escritura para narrar la experiencia (Alone Among the Stars).

Mecánicas de tensión: contadores, dados arriesgados, mazos que se agotan.

Por supuesto, también puedes experimentar combinando una mecánica conocida con un formato narrativo distinto.

3. Define un flujo de juego claro y fluido

La claridad es esencial en un juego en solitario. El jugador debe saber qué hacer en cada momento sin detenerse a releer todo el manual o tener que aplicar fórmulas complicadas que entorpezcan el flujo de ideas o de la historia.

Incluye esquemas e instrucciones claras de:

  • Cómo se inicia la partida.
  • Qué acciones realizar en cada turno o escena.
  • Cómo se llega al final.

Por ejemplo, Cuatro Contra la Oscuridad explica en pasos sencillos cómo generar la mazmorra, avanzar y resolver encuentros hasta lograr el objetivo.

4. Diseña para la rejugabilidad

Un buen juego en solitario invita a volver una y otra vez. Incluso aunque estés creando una historia con un tema muy concreto, por ejemplo escapar de una nave espacial plagada de alienígenas hostiles, siempre podrás crear historias diferentes dándole matices y puntos de historia diferentes.

Claves para conseguirlo:

  • Resultados variables (dados, cartas, tablas de eventos).
  • Rutas narrativas alternativas.
  • Recursos limitados que obliguen a elegir estratégicamente.

Algunos ejemplos:

The Quiet Year ofrece diferentes historias según el orden de las cartas.

Rory’s Story Cubes crea infinitas combinaciones narrativas utilizando los iconos de los dados como detonantes para la imaginación.

5. Testea, maqueta y publica

No esperes a tener el juego perfecto. Probar pronto y con frecuencia es la clave. Si puedes con varios grupos, todavía mejor.

Pasos recomendados:

  • Crea una versión mínima y juégala tú mismo.
  • Haz que otros la prueben sin tu ayuda.
  • Ajusta lo que no funcione e implementa nuevas ideas que aporten calidad al juego.

Hay varias opciones para poder hacer eso. Una forma de hacerlo es subir una versión reducida del juego gratis a Itch.io para recibir feedback. Otra es participar en game jams para ganar visibilidad y feedback de gente que no conoces y que no tendrán sesgos. Usar impresión bajo demanda o microfinanciación para ediciones físicas puede ser la fórmula perfecta para encontrar tu público.

Por  ejemplo, Be Like a Crow comenzó como un PDF experimental y hoy tiene ediciones completas.

Ahora es tu turno para crear

No necesitas permiso para empezar. Cada gran juego nació como una idea en bruto y unca se sabe si tu idea puede ser la mejor del año.

Y si después de escribir tu juego no quieres publicarlo, tampoco pasa nada. Te lo habrás pasado en grande diseñándolo, habrás aprendido mucho sobre qué tipo de historias te gusta y el proceso editorial y podrás hablar con tus amigos de ideas que puedan aportar a otros juegos.

Pasar tiempo diseñando un juego es siempre tiempo bien aprovechado.

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